(NDP Efraín Cruz).- La migración como la mayoría de los
acontecimientos de la vida trae consigo un conjunto de beneficios, sin embargo,
también viene acompañada de una serie de dificultades, motivadas por el gran
esfuerzo que implica tomar esa decisión. En tal sentido, este desplazamiento
tendría un factor emocional a considerar denominado duelo migratorio, pues si
bien el irse puede ser visto como una solución, en ocasiones, se puede
convertir en un grave problema si no se planifica bien.
En muchas oportunidades el emigrante sólo toma en
cuenta los problemas que lo arrojan a decidir irse de su país sin considerar
los elementos sobrevenidos o post-migración, atravesando por momentos
difíciles, sobre todo si las circunstancias personales, profesionales o
sociales se complican hasta el punto de que pueda el emigrante llegar a
fracturarse emocionalmente.
El ir y venir emocional en relación con lo que
dejas tras de ti luego de una migración, da lugar a que los procesos de las
distancias actúen de forma recurrente, donde es muy frecuente que se reaviven
los vínculos con el país, la familia, los amigos, el idioma, costumbres,
valores, estatus social y el trabajo.
La Dra. María Montoya especialista en migración
señala “Muchos venezolanos ignoran la importancia de las situaciones
posteriores a la migración que son tan determinantes, como los elementos que
conducen a tomar la decisión de emigrar“. Es por ello que en las manos de
cada persona está el poder de tomar la mejor decisión. ¿Cómo? A través de la
planificación, donde no sólo de deberá tener en cuenta las causas que obligan a
salir del país de origen, sino también
evaluar esos elementos post-migración que se presentarán
Para mayor información sobre este tema puede
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